Ayer me volvieron a dar una lección. La verdad es que si no aprendemos es porque no queremos. Y sigue siendo la infancia la que, en particular, me va enseñando, ¡qué curioso!¿verdad?.
Pues eso, que era la hora de la ducha, y Hiurma (sí, esa niña de 8 años de la que tanto estoy aprenciendo) estaba muy muy cansada, tan cansada como sensible, es decir, que tenía las emociones a flor de piel. Su ritmo no era el esperado por los adultos que tenía alrededor y el tono de voz exigente cada vez se le echaba más encima. Llevando ya un rato llorando mientras se duchaba, dijo llorando aún más:"el mundo está en contra mía". Yo intenté tranquilizarla diciéndole que eso no era así pero continué con mi actitud exigente.En breve dijo: "el mundo me está gritando". Es ese momento, de manera automática, comprendí que el mundo era yo, y no puede más que contestarle con serenidad sentida : "el mundo te pide perdón", y dándole un beso en su carita linda y mojada, me retiré de la escena. Tocada y hundida.
Qué lindo sería que cuidáramos las basuras que cada mundo individual va dejando en el entorno.
Queremos compartir con todo el que quiera las luces y los descubrimientos que consideramos tesoros para avanzar en la vida cotidiana. Somos dos personas que hemos tenido la oportunidad de compartir, durante más de una década, nuestras vidas con personas en situaciones de especial vulnerabilidad: encontrarse sin hogar, sin recursos, sin esperanza. Éstas personas son las que nos han enseñado mucho, de la vida, del cuidarnos, de la dignidad, de la autenticidad,de la voluntad y el valor de ser.
¡Qué lindo, ese "el mundo te pide perdón"...!
ResponderEliminarQue bonito Araceli, la verdad que cada cabeza es un mundo y cada uno piensa a su manera y lo que para una persona una gota de agua es una gota de agua para otros es un oceano, a veces no caemos en cuenta de la sensibilidad que vive la otra persona... un besote por cada vivencia personal que pones..
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